Cuentos y Poemas

“EL SAPO VERDE” - Graciela Montes

Hola a todos!!! Nuestro primer posteo como corresponde!!! Les dejamos para que lean este cuento hermoso de Graciela Montes!!!! Esperamos que les guste!!

Besotessssssss... Nan y Sil

EL sapo Humberto estaba muy triste. No tenía ni ganas de saltar. Y es que le habían contado que las mariposas andaban diciendo que él era un sapo feúcho, feísimo y requetefeo.
Feúcho puede ser-dijo Humberto mirándose en el agua de la charca-, pero…. ¡tanto como requetefeo! Para mí que exageran. Tengo los ojos un poco saltones, eso sí Y la piel algo gruesa…. ¡Pero tengo una bonita sonrisa!
Después de mirarse un rato, Humberto le comentó a una mosca: _ Lo que a mí me faltan son colores, ¿no te parece? Soy verde, verde, todo verde. ¡Si tuviera colores como las mariposas…!
Aunque la mosca no le hizo ningún comentario, el sapo se fue a comprar colores al almacén de los bichos. Humberto se llevó el azul, el amarillo, el rojo, el rosa, y el naranja. El verde no, porque ¿para qué va a querer el verde un sapo verde? En cuanto llegó a la charca, sacó un pincel y empezó a pintarse: una pata, azul; la otra, naranja; una mancha amarilla en la cabeza; una estrellita roja en el lomo; y el buche, rosa. Cuando terminó, el sapo Humberto tenía más colores que cualquier mariposa.
Cuando las mariposas del jardín lo vieron, se acercaron a él.

-¡Feo! ¡Requetefeo!- dijo una de ellas tapándose los ojos con las patas. . -Y además de feo, mal vestido- dijo una mariposa muy elegante. ¡Pobre Humberto! ¡Y él que estaba tan contento! Tanta vergüenza sintió que se tiró a la charca para esconderse y se quedó un rato dentro viendo como el agua le borraba los colores. Cuando salió todo verde, como siempre, todavía estaban las mariposas riéndose como locas. ¡Ver-de! ¡Sa-po-ver-de! –gritaban. Pero en ese momento, pasó por allí un ave muy hermosa: una calandria tan linda que las mariposas se callaron para verla bien. La calandria se acercó a la charca para beber un poco y peinarse las plumas con el pico. Allí vio a Humberto en la orilla, verde, tristón y solo. Entonces dijo en voz bien alta: -¡Qué sapo tan guapo! ¡Y qué bien le sienta el verde! Humberto le dio las gracias con su sonrisa gigante, y las mariposas perdieron los colores de pura vergüenza. Y así se quedaron todo el verano, pálidas, sin color, casi transparentes.



Como pocas profesiones, la tuya exige renunciamiento.
Dar vida a cada instante.Poner el corazón en un sobre que, tal vez,ha de perderse en la confusa dirección que escribe el tiempo.
...Nunca envejecerás, porque vibrás con la vida nueva que te refresca cada año.
Entre nosotros, tenés alma de actriz y energía de cachorro de león.
...El nombre lo dice todo: jardinera
La que cuida la delicada vida de las flores.
La que maneja con fortaleza y dulzura, la materia más frágil de la creación.
Pipo Pescador